La importancia de una buena gestión de riesgos en operaciones de comercio

Conocer la operativa aduanera y logística y las normas que regulan los procedimientos evita contratiempos y reduce costos
Un principio de las inversiones dice que “a mayor riesgo, mayor retorno”. O sea, si deseo invertir en un instrumento financiero cuyo riesgo implícito percibido es mayor que otro, necesariamente deberá rendir más. Esto es así no solo en el mundo de las finanzas, sino en cualquier otro orden. Grandes proyectos para construir fábricas o para desarrollar canales comerciales también tienen en cuenta ese principio y en su evaluación se le “pide” una mayor tasa de retorno si los escenarios no son del todo estables, ya sea por cuestiones políticas, del medio ambiente o sociales, por ejemplo.
El comercio exterior tiene su componente de riesgo, adicional al comercio “doméstico”, y por lo tanto al encarar una operación internacional se vuelve necesario evaluar cuáles son los riesgos implícitos por el simple hecho de traspasar una frontera y hacer negocios con países cuyas culturas, idioma, sistemas políticos, legislación, historia y costumbres, entre otras cosas, pueden ser muy distintos.
En cuanto a la operativa aduanera y logística, las normas que regulan los procedimientos y requisitos a cumplir para la importación y exportación son el principal condicionante. Por eso es que en los últimos años se ha venido trabajando para simplificarlos y hacerlos más transparentes, lo que sin duda ha contribuido a que el riesgo percibido, más allá del tiempo insumido -componente esencial del costo del proyecto-, estén experimentando un lento pero claro camino descendente. Aunque existen otros puntos que también conviene analizar para entender cómo se podrían reducir.
- Riesgos de la logística de transporte: más allá de las falencias que aún existen en infraestructura vial y portuaria, una adecuada planificación puede acotar sensiblemente los costos, aunque conviene buscar los partners especializados que puedan asegurar disponibilidad de recursos a la hora de ejecutarla. Estudiar dimensiones, pesos, embalajes y cuidados especiales de los bultos es fundamental para evitar contratiempos al momento de la carga o descarga.
- Riesgos asociados a la declaración: aquí los puntos críticos se encuentran en la clasificación arancelaria y en la valoración. El riesgo de no encontrar la posición arancelaria correcta para cada mercadería, más allá de la habilidad y experiencia del clasificador, radica en muchos casos en no disponer de toda la información a la hora de realizar el análisis. Parece un tema simple, pero es muy usual que conocer ciertas características elementales como puede ser el material constitutivo, la función esencial o a qué bien estará destinada determinada mercadería, muchas veces puede demandar semanas y gestiones con proveedores del exterior y especialistas. Desde el Gobierno también se podrían publicar ciertos datos relativos a las declaraciones aduaneras, de forma tal que se pueda conocer la clasificación de artículos ya importados. En cuanto a la valoración aduanera, es importante que se estudie de antemano, ya que la legislación prevé hasta 5 años la posibilidad de revisar el valor declarado. Temas referidos a vinculaciones comerciales, descuentos no expresados en la documentación comercial u otras cuestiones que pudieran haber afectado el valor de las mercaderías deben explicitarse a los especialistas con suficiente antelación a su declaración frente a la Aduana.
- Riesgos derivados de los procedimientos: a pesar del fuerte avance de la informatización, aún estamos lejos de un óptimo en este sentido. Las licencias no automáticas continúan siendo un factor de riesgo a tener en cuenta al momento de planificar una importación. Por otro lado, la “ventanilla única” permitirá a los importadores presentar todos los documentos y datos exigidos por la aduana y las demás autoridades que intervienen en la frontera o conceden licencias para la importación, y de la que recibirán todas las notificaciones, presentando una sola vez los datos u otros documentos. En relación con la exportación, existe una importante cantidad de registros y procedimientos informáticos -aparte de la declaración del despachante- que el operador debe conocer para que la operación culmine exitosamente y, de corresponder, el reintegro sea cobrado. En esta etapa pueden surgir inconsistencias entre lo facturado y lo declarado, o pueden ocurrir contingencias comerciales posteriores a la salida de la mercadería del país, que deben encararse adecuadamente para lograr aquel fin. Es crucial para el operador la contratación de especialistas y la aplicación de los postulados básicos de la administración en su función de Comercio Exterior: dirección, planificación, ejecución y control, logrando así una eficiente gestión de las operaciones.
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